La derecha de Queipo y la maldición de Mafalda
El PP asturiano vive su peor momento político mientras intenta formular un nuevo partido
Nostradamus cree que el mus es una forma ritual de calmar el instinto caníbal que encierra la política. Efectivamente, tanto la política como mus exigen lealtades, complicidades y ambas pueden terminar confundiéndose hasta convertirse en una tautología. Viajemos al pasado. Alrededor de la mesa de un chigre situado junto a la sede del PP de Oviedo, calle Manuel Pedregal, se sientan a las cuatro de la tarde cuatro hombres: el presidente Sergio Marqués, Ramón García Cañal, el diputado Isidro Fernández Rozada y un cuarto tipo al que me gusta llamar Nostradamus.
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